viernes, 9 de noviembre de 2012

Cacareo, que no es poco


-          ¿Te puedes apartar un poco, bonita?
-          Perdona guapa, pero es que hoy tengo las plumas que no hay quien se las ahueque.
-          Ya, te entiendo, es que con esta lluvia…
-          Encima llevo una hora intentado poner un huevo y no hay manera. Y venga; empujo, me muevo, me sacudo, me agito… Pero nada.
-          Yo ayer puse uno, pero hoy tampoco he sido capaz. Cada vez somos más y cada vez nos dan menos comida.
-          Es que dicen que tenemos que comer menos, que estamos gordas; que como comimos tanto la semana pasada ésta nos toca ayunar.
-          Pues así no hay quien ponga huevos decentes.
-          El último que puso Manoli le salió cuadrado.
-          Normal.
-          La pobre está estresadísima y no me extraña. No nos dejan escarbar tranquilas, ni pasearnos, ni cacarear en paz, continuamente nos vienen a decir lo gordas que estamos. ¿No ven que ya no podemos producir huevos? Ni vivir feliz le dejan a una.
-          La verdad es que sí que comimos mucho la semana pasada…
-          Qué va hombre, pero si el pienso lo echan allí en el otro gallinero y siempre son las mismas las que lo engullen todo. Esas sí que están obesas, pero, sin embargo, nadie les dice nada. Se pasean de aquí para allá con el buche bien alto. Las dueñas del chiringuito, oye. Y el resto aquí, con cara de pavo el día de Navidad.
-          Tienes toda la razón. Y ésto va a peor, porque se oye por ahí que nos van a reducir la paja y a racionar el agua.
-          ¿Cómo dices? ¿Pero qué quieren que hagamos sin paja?
-          No lo sé cariño, la verdad es que no lo sé. Eso sí, las señoras del gallinero norte están bien repletas de paja, les rebosa por las ventanas. Tienen hasta piscina.
-          Jesús, cómo viven algunas. Deberíamos rebelarnos.
-          Uy, qué tonterías dices. Cálla anda, que ahí vienen. Hazte la tonta.
-          ¡Cloooo, clooo, cloc, cloc, cloc!





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